¿Recuerdas que una vez con un fren compramos una moneda, y justo al abrir el mercado el equipo detrás del proyecto empezó a presionar locamente el precio para controlar la tendencia del mercado, pensando en recoger un poco más de fichas baratas?
Los resultados se retrasaron demasiado, y fuera del mercado ya nadie tenía confianza, el precio de la moneda tampoco se movía. En ese momento, nosotros, unos pequeños inversores, tampoco nos atrevíamos a entrar, y después, cuando el equipo detrás del proyecto controló la tendencia del mercado, nadie siguió el movimiento.
Al final, en el mundo de las monedas, cualquier moneda de la que nadie gane dinero está destinada a no despertar la envidia de nadie. Mientras la atmósfera se haya perdido, no importa cuánto FOMO haya, no habrá éxito.
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¿Recuerdas que una vez con un fren compramos una moneda, y justo al abrir el mercado el equipo detrás del proyecto empezó a presionar locamente el precio para controlar la tendencia del mercado, pensando en recoger un poco más de fichas baratas?
Los resultados se retrasaron demasiado, y fuera del mercado ya nadie tenía confianza, el precio de la moneda tampoco se movía. En ese momento, nosotros, unos pequeños inversores, tampoco nos atrevíamos a entrar, y después, cuando el equipo detrás del proyecto controló la tendencia del mercado, nadie siguió el movimiento.
Al final, en el mundo de las monedas, cualquier moneda de la que nadie gane dinero está destinada a no despertar la envidia de nadie. Mientras la atmósfera se haya perdido, no importa cuánto FOMO haya, no habrá éxito.