Al pronunciar “曼↘波↗”, parece que los pliegues de la corteza cerebral se alisan y se expanden al instante, con una sensación de relajación momentánea, como si estuviera caminando en un bosque de Noruega, navegando en el Pacífico de Sanya, sintiéndome como una mariposa ágil, succionando la primera gota de rocío después de la lluvia, acompañado por unos perros, sentado en la pradera, mirando a lo lejos hacia el horizonte, toda la persona se siente como si se convirtiera en un charco de agua, fluyendo lentamente, calmándose poco a poco, sintiendo el suave viento primaveral acariciar la orilla del
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