

Dogecoin ha experimentado una evolución notable desde sus inicios como criptomoneda basada en memes. Gracias a la llegada del estándar DRC-20, Dogecoin adquiere capacidades similares a los estándares BRC-20 de Bitcoin y ERC-20 de Ethereum, aunque es fundamental destacar que Doge no es un token ERC-20. Este avance marca un cambio radical en el ecosistema blockchain de Dogecoin, al permitir la creación de tokens fungibles y no fungibles (NFTs) dentro de su red. DRC-20 abre nuevas oportunidades en la tokenización, los coleccionables digitales y los activos de videojuegos, e impulsa a Dogecoin hacia una posición de liderazgo en el sector cripto.
DRC-20 representa un hito en la evolución de la blockchain de Dogecoin, transformándola de una mera criptomoneda meme a una plataforma blockchain completa y versátil. Este estándar permite la emisión de tokens fungibles dentro del ecosistema Dogecoin, siguiendo una lógica similar al estándar ERC-20 de Ethereum, aunque adaptado a las particularidades y la cultura de Dogecoin. Es clave distinguir si Doge es ERC-20: Dogecoin opera en su propia blockchain y DRC-20 es su estándar nativo.
Los tokens fungibles creados con DRC-20 son unidades intercambiables de valor igual, lo que los hace aptos para diferentes usos dentro de la red. Pueden funcionar como monedas digitales, participaciones en DApps y otros activos blockchain. La flexibilidad del estándar permite a los desarrolladores crear tokens personalizados, compatibles con todo el entorno Dogecoin.
Una característica destacada de DRC-20 es el soporte para NFTs. Gracias a esta funcionalidad, se pueden tokenizar elementos digitales únicos como obras de arte, coleccionables y activos creativos. La integración de NFTs en DRC-20 abre nuevas vías para creadores, artistas y coleccionistas, que pueden aprovechar Dogecoin para la propiedad digital y la monetización. Esta expansión refuerza el atractivo de Dogecoin y potencia su comunidad, creando un ecosistema dinámico para los activos digitales.
DRC-20 fue diseñado para superar los límites de estándares anteriores, ofreciendo transacciones más rápidas y comisiones más bajas. Estas mejoras optimizan la experiencia del usuario y hacen que Dogecoin sea más competitivo en el universo cripto. La combinación de agilidad y eficiencia en costes atrae tanto a desarrolladores como a usuarios, fortaleciendo el atractivo de la red y su uso práctico. Al proporcionar un marco integral para la creación de activos digitales, DRC-20 amplía la utilidad de Dogecoin y la convierte en una plataforma robusta y relevante en el sector.
Analizar la comparación entre DRC-20 y otros estándares como ERC-20 y BRC-20 permite identificar las ventajas exclusivas que aporta a Dogecoin. Una duda habitual es "¿es Doge ERC-20?" y la respuesta lo aclara: Doge no es ERC-20, ya que funciona en su propia blockchain independiente, no en la de Ethereum. Estas diferencias afectan aspectos cruciales de la experiencia y el rendimiento de la red.
En cuanto a velocidad de transacción, DRC-20 está diseñado para ofrecer transferencias de tokens especialmente rápidas en la red Dogecoin. Esta prioridad convierte a DRC-20 en una opción ideal para quienes necesitan procesar operaciones de forma ágil. Aunque ERC-20 y BRC-20 son eficientes en sus respectivos entornos, no priorizan la velocidad como lo hace DRC-20, lo que otorga al estándar de Dogecoin una ventaja competitiva en aplicaciones que requieren inmediatez.
Las comisiones de transacción son otro aspecto diferenciador. La baja comisión define el estándar DRC-20 y supone un beneficio claro para los usuarios que operan con frecuencia o volumen elevado. DRC-20 resulta más económico que ERC-20 y BRC-20, vinculados a Ethereum y Bitcoin respectivamente, redes que sufren costes altos, especialmente en momentos de congestión. Por ello, DRC-20 es una alternativa atractiva para quienes buscan eficiencia en costes.
DRC-20 está personalizado para Dogecoin y tiene en cuenta su cultura y espíritu comunitario. Esta adaptación mejora la usabilidad de la red y mantiene su esencia. Dado que Doge no es un token ERC-20, DRC-20 funciona de forma nativa con la infraestructura Dogecoin, a diferencia de ERC-20 y BRC-20, pensados para audiencias más generales y sin atender a la identidad específica de Dogecoin.
En cuanto a NFTs y tokenización, DRC-20 permite crear tanto tokens fungibles como no fungibles en Dogecoin. Esta doble función abre el camino al arte digital, coleccionables y otros activos únicos. ERC-20 y BRC-20 se centran en tokens fungibles, y Ethereum necesita protocolos distintos como ERC-721 o ERC-1155 para ofrecer NFT completos, mientras que DRC-20 lo integra de forma directa para quienes buscan diversidad de token.
La creación de tokens DRC-20 en Dogecoin sigue un proceso sencillo y estructurado, basado principalmente en dos funciones: deploy y mint. Este método garantiza accesibilidad, seguridad y funcionalidad, y se diferencia del proceso ERC-20, ya que Doge no es ERC-20 y opera en su propio entorno.
El proceso comienza con la función deploy, que establece el marco inicial del token en la red Dogecoin. Define el nombre, el símbolo y el suministro total, pero no genera los tokens, sino que fija las reglas y parámetros que regirán su funcionamiento. Este paso inicial asegura que las operaciones futuras respeten las especificaciones definidas.
Después del despliegue, la función mint genera los tokens en la cantidad que determine el creador, introduciéndolos en circulación. Mint puede ejecutarse varias veces, permitiendo crear tokens de forma gradual hasta alcanzar el límite fijado en el despliegue. Este enfoque otorga a los creadores control sobre la emisión y la estrategia de distribución.
Tras el despliegue y minting, los tokens DRC-20 quedan activos y operativos en la red Dogecoin. Se pueden intercambiar, transferir o utilizar en DApps. La gestión, incluyendo nuevas operaciones de minting y otras funciones, está regulada por el smart contract creado en el despliegue, que garantiza una administración segura, descentralizada e íntegra durante todo el ciclo de vida del token.
La función transfer de DRC-20 permite mover tokens de forma segura y eficiente entre usuarios de la red Dogecoin, y resulta esencial para mantener una economía activa de tokens.
Para iniciar una transferencia, el usuario debe indicar la cantidad de tokens y la dirección del destinatario. Antes de ejecutar la operación, el sistema verifica automáticamente que el saldo del remitente sea suficiente, lo que previene el gasto excesivo y protege la integridad de la transacción.
Una vez validada la operación, el importe se descuenta de la cuenta del remitente y se acredita en la del destinatario. Todo el proceso lo controla la tecnología blockchain de Dogecoin, que garantiza seguridad y precisión. Cada transferencia queda registrada en la blockchain, aportando transparencia y trazabilidad.
Conviene tener en cuenta varios aspectos al transferir tokens: aunque las comisiones son bajas en DRC-20, existen y deben considerarse en la planificación, especialmente para operaciones de gran volumen. Además, por la naturaleza irreversible de las transacciones blockchain, es fundamental revisar cuidadosamente la dirección del destinatario antes de confirmar. Un error puede suponer la pérdida permanente de los tokens, por lo que la precisión en este paso es clave.
DRC-20 se basa en tres funciones fundamentales que conforman un ecosistema de gestión de tokens completo: deploy, mint y transfer. Cada función cumple una misión concreta en el ciclo de vida del token y opera exclusivamente en la blockchain nativa de Dogecoin, ya que Doge no es ERC-20.
Deploy es el primer paso: configura el nombre, el símbolo y el suministro máximo del token, y define cómo funcionará en la red. Es un evento único que marca el nacimiento del token y establece su comportamiento permanente.
Mint permite la emisión de tokens tras el despliegue. Puede ejecutarse varias veces, generando cantidades específicas y añadiéndolas a la oferta circulante, siempre dentro del límite fijado en el despliegue. Esta función es esencial para controlar la oferta y ajustar la distribución según la demanda del mercado o las necesidades del proyecto.
Transfer es el tercer elemento clave: facilita el movimiento de tokens entre cuentas, permitiendo a los usuarios enviar cantidades concretas a otras direcciones. Es imprescindible para la circulación de tokens y el funcionamiento de la economía dentro del ecosistema Dogecoin. Juntas, estas funciones conforman el sistema de gestión de tokens de la blockchain Dogecoin.
Las transacciones DRC-20 incorporan innovaciones que las diferencian en el entorno blockchain. Destaca el concepto de inscripciones de transferencia de uso único, que asegura que cada transferencia solo puede ejecutarse una vez, reforzando la seguridad y la fiabilidad. Una vez realizada, la inscripción no puede repetirse, lo que previene el doble gasto y garantiza la integridad del proceso.
Además, DRC-20 establece regulaciones precisas para la creación y transferencia de tokens, simplificando los procesos y facilitando las operaciones. La función mint permite controlar la cantidad de tokens generados, lo que resulta fundamental para la gestión del suministro. El estándar define reglas claras para las transferencias, asegurando que se realicen de manera eficiente y segura entre usuarios.
La integración de estas características posiciona a DRC-20 como un estándar sólido y seguro, que responde a las necesidades actuales de los usuarios blockchain y mantiene la accesibilidad y el espíritu comunitario de Dogecoin.
DRC-20, pese a sus ventajas, presenta ciertas restricciones técnicas relevantes. El número máximo de decimales por token es de 18, lo que determina la precisión y divisibilidad en las transacciones. Este límite permite gestionar desde microtransacciones hasta grandes transferencias, manteniendo la claridad y operatividad para los usuarios.
Otra limitación afecta al tipo de datos empleado en el smart contract del token: DRC-20 establece un límite uint128, para equilibrar la amplitud de valores y la eficiencia computacional. Esta restricción contribuye a evitar problemas de rendimiento y mantiene la flexibilidad necesaria para la mayoría de usos.
También existe un techo para la creación total de tokens, fijado en uint64_max. Este límite protege la escasez y el valor del token, evitando una producción excesiva y preservando la economía del activo. Aunque puedan parecer restrictivas, estas medidas refuerzan la estabilidad y la viabilidad a largo plazo de los tokens DRC-20.
El estándar DRC-20 marca una evolución decisiva para Dogecoin, que pasa de ser una criptomoneda meme a una plataforma blockchain avanzada y multifuncional. Al replicar y mejorar capacidades de BRC-20 y ERC-20, con optimizaciones propias para Dogecoin, DRC-20 amplía de forma significativa la funcionalidad de la red. Hay que tener claro que Doge no es ERC-20: opera en su propia blockchain con DRC-20 como estándar nativo. La emisión de tokens fungibles y la creación de NFTs abren nuevas posibilidades, extendiendo la utilidad de Dogecoin más allá de la moneda digital tradicional.
El proceso de creación de tokens, que combina el despliegue del contrato y el minting, facilita una participación amplia y eficiente en la red. El sistema seguro y transparente de transferencias mejora la experiencia del usuario y hace Dogecoin más accesible y versátil. Las características exclusivas de DRC-20, como las inscripciones de transferencia de un solo uso y las reglas operativas claras, refuerzan la seguridad y fiabilidad de la plataforma.
Las limitaciones técnicas, como los 18 decimales y el límite absoluto de suministro, cumplen funciones esenciales para la eficiencia y la protección del valor del token. Estas restricciones contribuyen a la sostenibilidad y la viabilidad económica de los activos DRC-20. A medida que el estándar madura y se adopta, puede transformar el futuro de Dogecoin, abriendo nuevas vías para la creación de activos digitales, el engagement y la innovación blockchain. Queda por ver cómo la comunidad cripto aprovechará DRC-20 para desarrollar todo el potencial de Dogecoin en el nuevo ecosistema digital.
No, Dogecoin no opera de forma nativa en Ethereum, aunque puede envolverse como token ERC-20 para funcionar en esa red.
Dogecoin utiliza su propia blockchain, pero también es accesible en Ethereum mediante Ren Project como renDOGE.
Los tokens ERC-20 son activos digitales en Ethereum. Ejemplos destacados son USDT, LINK, UNI y SHIB. Todos emplean la blockchain de Ethereum para sus transacciones y smart contracts.
DOGE reside principalmente en su propia blockchain, pero puede encontrarse como token envuelto en Solana. No está nativamente en Ethereum.











