El Metaverso se origina de la ciencia ficción y se refiere a un espacio virtual que existe perpetuamente y opera en línea las 24 horas. Sus características incluyen experiencias inmersivas, propiedad de activos digitales respaldados por blockchain, un modelo económico descentralizado y la interoperabilidad entre múltiples plataformas, lo que permite a los usuarios moverse libremente entre diferentes entornos virtuales y participar en diversas actividades.
El Metaverso combina la tecnología blockchain para garantizar la seguridad de los activos, mientras que la realidad virtual y aumentada proporcionan a los usuarios una interacción real, y la IA impulsa agentes inteligentes y avatares virtuales. Plataformas como Decentraland y Sandbox establecen tokens nativos y economías de tierras, apoyando a los usuarios en la migración entre cadenas de identidades y activos.
Web3 es la infraestructura subyacente del Metaverso, proporcionando autenticación de identidad descentralizada, propiedad de datos y soporte de contratos inteligentes; mientras que el Metaverso es el mundo digital inmersivo realizado en Web3. Ambos están estrechamente entrelazados e son indispensables.
El Metaverso se ha aplicado ampliamente en campos como la educación a distancia, conciertos virtuales, moda digital, bienes raíces virtuales y gobernanza de DAO. Sin embargo, las barreras tecnológicas, los costos de los dispositivos, la especulación del mercado y la incertidumbre regulatoria son todos obstáculos para su adopción generalizada.