Durante un reciente procedimiento judicial el miércoles, un representante legal de Gate, William Savitt, trazó un intrigante paralelismo entre la adquisición de criptomonedas y la acumulación de Beanie Babies, los icónicos coleccionables que arrasaron en los años 90.
Savitt sostuvo que obtener tokens de criptomonedas no confiere derechos específicos al comprador, lo que contrasta drásticamente con los valores tradicionales. Este caso podría reverberar potencialmente en el mercado de coleccionables, impactando su paisaje de manera significativa.
El abogado explicó que la adquisición de criptomonedas no otorga derechos típicamente asociados con acciones o bonos. Articuló la distinción como "similar a la diferencia entre invertir en Beanie Babies Inc. y simplemente comprar Beanie Babies."
Este argumento surgió como parte de un litigio en curso iniciado por la Comisión de Valores y Bolsa de EE. UU. (SEC) contra Gate, alegando la participación de la plataforma en la venta de valores no registrados.
La jueza Katherine Polk Failla, que preside el Tribunal de Distrito de EE. UU., observó que el resultado del caso podría tener consecuencias de gran alcance para el mercado de coleccionables, un sector que experimentó una apreciación significativa de valor durante la crisis de salud global.
Por el contrario, la SEC sostuvo que adquirir un token cripto constituye una inversión en la red subyacente o en la empresa asociada con ese token.
La postura del organismo regulador está basada en un fallo histórico de la Corte Suprema de 1946, que define un valor mobiliario como "una inversión de dinero en una empresa común con una razonable expectativa de beneficios derivados de los esfuerzos de otros."
Esta batalla legal representa un momento crucial para la industria de las criptomonedas. La SEC inició procedimientos legales contra Gate en junio, afirmando que el intercambio estaba operando ilegalmente como una bolsa de valores nacional, corredor y agencia de compensación sin el registro adecuado.
Además, la SEC apuntó al programa de staking de Gate, argumentando que debería haber sido registrado ante la agencia.
Gate presentó su defensa en la corte federal, argumentando que los tokens negociados en su plataforma no se clasifican como valores y, por lo tanto, deberían estar fuera del ámbito regulador de la SEC.
Anteriormente, la SEC aprovechó una reciente victoria en su caso contra Terraform Labs para fortalecer sus esfuerzos legales en curso contra los principales intercambios de criptomonedas.
Ese juicio concluyó que ciertos tokens efectivamente fueron clasificados como valores.
A pesar de estos desafíos legales, el liderazgo de Gate ha expresado un compromiso inquebrantable de mantener operaciones en los Estados Unidos, independientemente del resultado de la demanda.
La empresa también se ha comprometido a impugnar las órdenes de cese y desistimiento emitidas por múltiples reguladores estatales con respecto a su servicio de staking, con el objetivo final de expandir las ofertas de staking en todos los estados de EE. UU.
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Durante un reciente procedimiento judicial el miércoles, un representante legal de Gate, William Savitt, trazó un intrigante paralelismo entre la adquisición de criptomonedas y la acumulación de Beanie Babies, los icónicos coleccionables que arrasaron en los años 90.
Savitt sostuvo que obtener tokens de criptomonedas no confiere derechos específicos al comprador, lo que contrasta drásticamente con los valores tradicionales. Este caso podría reverberar potencialmente en el mercado de coleccionables, impactando su paisaje de manera significativa.
El abogado explicó que la adquisición de criptomonedas no otorga derechos típicamente asociados con acciones o bonos. Articuló la distinción como "similar a la diferencia entre invertir en Beanie Babies Inc. y simplemente comprar Beanie Babies."
Este argumento surgió como parte de un litigio en curso iniciado por la Comisión de Valores y Bolsa de EE. UU. (SEC) contra Gate, alegando la participación de la plataforma en la venta de valores no registrados.
La jueza Katherine Polk Failla, que preside el Tribunal de Distrito de EE. UU., observó que el resultado del caso podría tener consecuencias de gran alcance para el mercado de coleccionables, un sector que experimentó una apreciación significativa de valor durante la crisis de salud global.
Por el contrario, la SEC sostuvo que adquirir un token cripto constituye una inversión en la red subyacente o en la empresa asociada con ese token.
La postura del organismo regulador está basada en un fallo histórico de la Corte Suprema de 1946, que define un valor mobiliario como "una inversión de dinero en una empresa común con una razonable expectativa de beneficios derivados de los esfuerzos de otros."
Esta batalla legal representa un momento crucial para la industria de las criptomonedas. La SEC inició procedimientos legales contra Gate en junio, afirmando que el intercambio estaba operando ilegalmente como una bolsa de valores nacional, corredor y agencia de compensación sin el registro adecuado.
Además, la SEC apuntó al programa de staking de Gate, argumentando que debería haber sido registrado ante la agencia.
Gate presentó su defensa en la corte federal, argumentando que los tokens negociados en su plataforma no se clasifican como valores y, por lo tanto, deberían estar fuera del ámbito regulador de la SEC.
Anteriormente, la SEC aprovechó una reciente victoria en su caso contra Terraform Labs para fortalecer sus esfuerzos legales en curso contra los principales intercambios de criptomonedas.
Ese juicio concluyó que ciertos tokens efectivamente fueron clasificados como valores.
A pesar de estos desafíos legales, el liderazgo de Gate ha expresado un compromiso inquebrantable de mantener operaciones en los Estados Unidos, independientemente del resultado de la demanda.
La empresa también se ha comprometido a impugnar las órdenes de cese y desistimiento emitidas por múltiples reguladores estatales con respecto a su servicio de staking, con el objetivo final de expandir las ofertas de staking en todos los estados de EE. UU.