La Unión Europea se encuentra en un nodo clave para el desarrollo de la moneda digital: con la tasa de uso de efectivo en continuo descenso, el sistema de pagos ha dependido durante mucho tiempo de empresas estadounidenses como Visa y Mastercard, mientras que la adopción de moneda estable en dólares sigue en aumento; estos factores han llevado a la UE a acelerar el proceso de implementación del euro digital.
El 19 de septiembre, durante la reunión de ministros de finanzas de la UE celebrada en Copenhague, los ministros de finanzas de los Estados miembros llegaron a un acuerdo sobre los pasos para avanzar con el euro digital, junto con altos funcionarios del Banco Central Europeo y comisionados de la UE. Reuters utilizó la palabra "compromiso" en su informe, lo que sugiere que esta decisión podría llevar consigo un matiz de acuerdo forzado.
El presidente de la reunión, Pascal Donohoe, declaró en una conferencia de prensa conjunta que antes de que el Banco Central Europeo tome una decisión sobre la emisión final, el Consejo de Ministros de Finanzas de la UE tendrá la oportunidad de participar en la discusión y revisar los temas relacionados. Además, el Consejo tendrá la última palabra sobre si emitir un euro digital y establecer el límite de tenencia por ciudadano.
A pesar de que la dirección básica de "compromiso" ya está clara, muchos detalles técnicos, como el límite de posesión por persona, el ritmo de emisión, el diseño de cuentas, el mecanismo de liquidación, no se han divulgado públicamente en esta reunión.
####Intención estratégica del Banco Central Europeo
La presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, enfatizó en la reunión que el euro digital no solo es una herramienta de pago, sino también una propuesta política que refleja la determinación de Europa de mantener su soberanía en la infraestructura crítica y en el ámbito de los pagos transfronterizos. Ella señaló que, si Europa sigue dependiendo de sistemas de pago estadounidenses como Visa y Mastercard, podría perder su poder de palabra central en la era digital.
Lagarde ha instado en varias ocasiones al Parlamento Europeo a acelerar el proceso legislativo correspondiente para evitar quedarse atrás en el ámbito de la tecnología monetaria. Ella cree que, con el auge de las monedas estables privadas y los servicios financieros digitales, la integridad y competitividad del sistema euro podrían verse erosionadas si falta un euro digital.
El economista jefe del Banco Central Europeo, Philip Lane, había señalado anteriormente que aproximadamente dos tercios de las transacciones de pago con tarjeta en la zona euro son procesadas por empresas de pagos estadounidenses como Visa y Mastercard. Esta dependencia constituye un riesgo externo para la infraestructura de pagos: los cambios en las políticas, regulaciones o relaciones internacionales de EE. UU. podrían afectar indirectamente la respuesta a incidentes, la estructura de costos o el procesamiento de datos de la red de pagos europea.
Según Cryptopolitan, el uso de moneda estable en la región europea para 2025 ha aumentado del 16% en 2024 al 34%, y la mayoría de estas monedas estables están valoradas en dólares.
Además, fuentes internas del banco central han revelado que, para hacer frente a riesgos financieros o tecnológicos importantes, el euro digital se diseñará como una "ruta de pago alternativa". Es decir, cuando el sistema bancario o la red de pagos sufran un ataque o un fallo, los residentes aún podrán realizar pagos diarios a través de una billetera electrónica respaldada por el banco central.
####Proceso de regulación rezagado
A pesar de que la reunión de ministros de finanzas llegó a un compromiso sobre la hoja de ruta, aún queda un largo proceso desde la propuesta hasta la legislación formal. Ya en junio de 2023, la Comisión Europea presentó un borrador de la ley del euro digital, pero para que entre en vigor, se necesita la aprobación conjunta del Parlamento Europeo y del Consejo Europeo (es decir, de los gobiernos de los Estados miembros).
El consejo espera completar la revisión interna antes de finales de 2024, pero algunos Estados miembros siguen siendo cautelosos respecto a cuestiones como la protección de la privacidad, la estabilidad financiera y la soberanía nacional. A nivel del Parlamento Europeo, el ponente, el eurodiputado de centro-derecha Fernando Navarrete, tiene una postura cautelosa hacia el borrador, habiendo calificado al euro digital como "último recurso" y cuestionando su necesidad.
Fernando afirmó: “Desde una perspectiva de costo-beneficio, el euro digital no es la mejor opción. En la narrativa en constante ajuste del Banco Central Europeo, el euro digital podría generar preocupaciones significativas del público sobre la privacidad de los datos, mientras que también se deben evaluar cuidadosamente los problemas de asignación de responsabilidades en áreas como la prevención del fraude y la lucha contra el lavado de dinero.”
Según Politico, el Banco Central Europeo espera completar todos los procedimientos de aprobación política en la primera mitad de 2026, seguido de un período de construcción y prueba que podría durar hasta tres años. Es decir, incluso si la hoja de ruta avanza sin problemas, los consumidores comunes podrían no poder utilizar el euro digital hasta 2028.
####La preocupación y las voces en contra del sector bancario
El sector bancario adopta una actitud cautelosa e incluso opuesta al lanzamiento del euro digital. Algunos altos ejecutivos bancarios temen que si el público transfiere depósitos a billeteras digitales respaldadas por el banco central, la base de depósitos de los bancos tradicionales podría debilitarse, lo que afectaría su capacidad de préstamo y margen de ganancias. Esta preocupación por la "fuga de depósitos" ha sido mencionada repetidamente en las previsiones y informes de consulta de varios bancos centrales.
Además, muchos bancos cuestionan la distribución de los costos operativos y la responsabilidad técnica. La implementación de sistemas complementarios como pasarelas de pago, interfaces de liquidación, monitoreo de lavado de dinero y verificación de identidad de clientes requiere una enorme inversión de capital y recursos de operación. Si el diseño del mecanismo de beneficios no es razonable, los bancos pueden asumir riesgos excesivos.
La protección de la privacidad también es un punto focal de la preocupación por las voces en contra. Si las cuentas o los datos de transacciones del euro digital se diseñan para ser rastreables o monitoreables, la confianza del público podría disminuir drásticamente. Países como Alemania y los Países Bajos insisten en que deben implementarse medidas de protección de la privacidad de los más altos estándares para evitar que las conductas de pago revelen información personal de consumo.
También hay opiniones que señalan que, con el cambio en el panorama competitivo de los pagos globales, la atracción del euro digital podría ser diluida. Por otro lado, Europa también podría enfrentar en el futuro el riesgo de "fragmentación de monedas digitales": es decir, que diferentes países miembros desarrollen por su cuenta sus propias monedas digitales de bancos centrales (CBDC) o sistemas de pago, lo que dificultaría la coordinación regional.
Aunque el compromiso alcanzado en la conferencia de Copenhague marca un avance significativo, el euro digital todavía enfrenta muchos desafíos para su implementación real.
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Bajo la presión de la moneda estable en dólares, la UE acelera la implementación del euro digital.
La Unión Europea se encuentra en un nodo clave para el desarrollo de la moneda digital: con la tasa de uso de efectivo en continuo descenso, el sistema de pagos ha dependido durante mucho tiempo de empresas estadounidenses como Visa y Mastercard, mientras que la adopción de moneda estable en dólares sigue en aumento; estos factores han llevado a la UE a acelerar el proceso de implementación del euro digital.
El 19 de septiembre, durante la reunión de ministros de finanzas de la UE celebrada en Copenhague, los ministros de finanzas de los Estados miembros llegaron a un acuerdo sobre los pasos para avanzar con el euro digital, junto con altos funcionarios del Banco Central Europeo y comisionados de la UE. Reuters utilizó la palabra "compromiso" en su informe, lo que sugiere que esta decisión podría llevar consigo un matiz de acuerdo forzado.
El presidente de la reunión, Pascal Donohoe, declaró en una conferencia de prensa conjunta que antes de que el Banco Central Europeo tome una decisión sobre la emisión final, el Consejo de Ministros de Finanzas de la UE tendrá la oportunidad de participar en la discusión y revisar los temas relacionados. Además, el Consejo tendrá la última palabra sobre si emitir un euro digital y establecer el límite de tenencia por ciudadano.
A pesar de que la dirección básica de "compromiso" ya está clara, muchos detalles técnicos, como el límite de posesión por persona, el ritmo de emisión, el diseño de cuentas, el mecanismo de liquidación, no se han divulgado públicamente en esta reunión.
####Intención estratégica del Banco Central Europeo
La presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, enfatizó en la reunión que el euro digital no solo es una herramienta de pago, sino también una propuesta política que refleja la determinación de Europa de mantener su soberanía en la infraestructura crítica y en el ámbito de los pagos transfronterizos. Ella señaló que, si Europa sigue dependiendo de sistemas de pago estadounidenses como Visa y Mastercard, podría perder su poder de palabra central en la era digital.
Lagarde ha instado en varias ocasiones al Parlamento Europeo a acelerar el proceso legislativo correspondiente para evitar quedarse atrás en el ámbito de la tecnología monetaria. Ella cree que, con el auge de las monedas estables privadas y los servicios financieros digitales, la integridad y competitividad del sistema euro podrían verse erosionadas si falta un euro digital.
El economista jefe del Banco Central Europeo, Philip Lane, había señalado anteriormente que aproximadamente dos tercios de las transacciones de pago con tarjeta en la zona euro son procesadas por empresas de pagos estadounidenses como Visa y Mastercard. Esta dependencia constituye un riesgo externo para la infraestructura de pagos: los cambios en las políticas, regulaciones o relaciones internacionales de EE. UU. podrían afectar indirectamente la respuesta a incidentes, la estructura de costos o el procesamiento de datos de la red de pagos europea.
Según Cryptopolitan, el uso de moneda estable en la región europea para 2025 ha aumentado del 16% en 2024 al 34%, y la mayoría de estas monedas estables están valoradas en dólares.
Además, fuentes internas del banco central han revelado que, para hacer frente a riesgos financieros o tecnológicos importantes, el euro digital se diseñará como una "ruta de pago alternativa". Es decir, cuando el sistema bancario o la red de pagos sufran un ataque o un fallo, los residentes aún podrán realizar pagos diarios a través de una billetera electrónica respaldada por el banco central.
####Proceso de regulación rezagado
A pesar de que la reunión de ministros de finanzas llegó a un compromiso sobre la hoja de ruta, aún queda un largo proceso desde la propuesta hasta la legislación formal. Ya en junio de 2023, la Comisión Europea presentó un borrador de la ley del euro digital, pero para que entre en vigor, se necesita la aprobación conjunta del Parlamento Europeo y del Consejo Europeo (es decir, de los gobiernos de los Estados miembros).
El consejo espera completar la revisión interna antes de finales de 2024, pero algunos Estados miembros siguen siendo cautelosos respecto a cuestiones como la protección de la privacidad, la estabilidad financiera y la soberanía nacional. A nivel del Parlamento Europeo, el ponente, el eurodiputado de centro-derecha Fernando Navarrete, tiene una postura cautelosa hacia el borrador, habiendo calificado al euro digital como "último recurso" y cuestionando su necesidad.
Fernando afirmó: “Desde una perspectiva de costo-beneficio, el euro digital no es la mejor opción. En la narrativa en constante ajuste del Banco Central Europeo, el euro digital podría generar preocupaciones significativas del público sobre la privacidad de los datos, mientras que también se deben evaluar cuidadosamente los problemas de asignación de responsabilidades en áreas como la prevención del fraude y la lucha contra el lavado de dinero.”
Según Politico, el Banco Central Europeo espera completar todos los procedimientos de aprobación política en la primera mitad de 2026, seguido de un período de construcción y prueba que podría durar hasta tres años. Es decir, incluso si la hoja de ruta avanza sin problemas, los consumidores comunes podrían no poder utilizar el euro digital hasta 2028.
####La preocupación y las voces en contra del sector bancario
El sector bancario adopta una actitud cautelosa e incluso opuesta al lanzamiento del euro digital. Algunos altos ejecutivos bancarios temen que si el público transfiere depósitos a billeteras digitales respaldadas por el banco central, la base de depósitos de los bancos tradicionales podría debilitarse, lo que afectaría su capacidad de préstamo y margen de ganancias. Esta preocupación por la "fuga de depósitos" ha sido mencionada repetidamente en las previsiones y informes de consulta de varios bancos centrales.
Además, muchos bancos cuestionan la distribución de los costos operativos y la responsabilidad técnica. La implementación de sistemas complementarios como pasarelas de pago, interfaces de liquidación, monitoreo de lavado de dinero y verificación de identidad de clientes requiere una enorme inversión de capital y recursos de operación. Si el diseño del mecanismo de beneficios no es razonable, los bancos pueden asumir riesgos excesivos.
La protección de la privacidad también es un punto focal de la preocupación por las voces en contra. Si las cuentas o los datos de transacciones del euro digital se diseñan para ser rastreables o monitoreables, la confianza del público podría disminuir drásticamente. Países como Alemania y los Países Bajos insisten en que deben implementarse medidas de protección de la privacidad de los más altos estándares para evitar que las conductas de pago revelen información personal de consumo.
También hay opiniones que señalan que, con el cambio en el panorama competitivo de los pagos globales, la atracción del euro digital podría ser diluida. Por otro lado, Europa también podría enfrentar en el futuro el riesgo de "fragmentación de monedas digitales": es decir, que diferentes países miembros desarrollen por su cuenta sus propias monedas digitales de bancos centrales (CBDC) o sistemas de pago, lo que dificultaría la coordinación regional.
Aunque el compromiso alcanzado en la conferencia de Copenhague marca un avance significativo, el euro digital todavía enfrenta muchos desafíos para su implementación real.