Fundador de Cardano: la amenaza cuántica para las criptomonedas está exagerada, el verdadero reto reside en la eficiencia y el establecimiento de estándares
El fundador de Cardano, Charles Hoskinson, ha señalado recientemente que las discusiones actuales sobre la “amenaza de la tecnología cuántica a la seguridad de la cadena de bloques” están, en su mayoría, siendo exageradas. Según él, aunque la computación cuántica sí representa un riesgo potencial para la criptografía tradicional, el verdadero impedimento para la actualización del sector no es la falta de tecnología, sino los sacrificios en rendimiento y la ausencia de estándares plenamente implementados.
Hoskinson afirmó directamente en un pódcast que la tecnología cuántica es más bien “una gran cortina de humo”. Indicó que la cadena de bloques puede migrar perfectamente a algoritmos resistentes a la computación cuántica, pero a costa de una drástica caída en el rendimiento de la red y un aumento significativo de los costes. “Si hoy puedo hacer 1.000 transacciones por segundo, después de migrar quizá sólo pueda hacer 100 por segundo, y además pagando diez veces más. Nadie quiere hacer eso”, explicó.
Subrayó que la razón clave de la lenta actualización del sector radica en que el proceso de estandarización aún no se ha completado. El Instituto Nacional de Estándares y Tecnología de Estados Unidos (NIST) está desarrollando nuevos estándares de criptografía post-cuántica (FIPS 203-206), y los proveedores de hardware también deben esperar a las especificaciones finales antes de lanzar chips aceleradores. Si las redes adoptan algoritmos no estandarizados antes de tiempo, se enfrentarán a una década de cuellos de botella de rendimiento.
Con el inicio de la implementación de los estándares post-cuánticos por parte del gobierno estadounidense y la integración de esquemas de intercambio de claves relacionados por grandes empresas de infraestructura como Cloudflare, el sector está entrando gradualmente en una etapa de planificación más clara. Hoskinson señaló que, en vez de entrar en pánico, es mejor observar los puntos de referencia a nivel gubernamental, como el “Quantum Blockchain Initiative” (QBI) de DARPA, que está evaluando la viabilidad real de la tecnología cuántica en la próxima década.
La mayoría de los expertos en criptografía consideran que los ordenadores cuánticos capaces de romper los sistemas de firmas de la cadena de bloques (nivel CRQC) podrían aparecer en la década de 2030. El riesgo radica en “cuándo migrar”, y no en “si migrar”. Cambiar demasiado pronto provoca costes excesivos y fragmentación del ecosistema, mientras que hacerlo demasiado tarde podría aumentar la presión sobre la seguridad.
Hoskinson recalcó que actualmente no existen pruebas que indiquen que la criptografía de la cadena de bloques enfrenta un ataque cuántico inminente. A medida que los estándares se clarifiquen y los aceleradores de hardware estén disponibles, la cadena de bloques hará una transición natural hacia sistemas seguros para la era cuántica en la próxima década, sin necesidad de una transformación precipitada por el pánico.
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Fundador de Cardano: la amenaza cuántica para las criptomonedas está exagerada, el verdadero reto reside en la eficiencia y el establecimiento de estándares
El fundador de Cardano, Charles Hoskinson, ha señalado recientemente que las discusiones actuales sobre la “amenaza de la tecnología cuántica a la seguridad de la cadena de bloques” están, en su mayoría, siendo exageradas. Según él, aunque la computación cuántica sí representa un riesgo potencial para la criptografía tradicional, el verdadero impedimento para la actualización del sector no es la falta de tecnología, sino los sacrificios en rendimiento y la ausencia de estándares plenamente implementados.
Hoskinson afirmó directamente en un pódcast que la tecnología cuántica es más bien “una gran cortina de humo”. Indicó que la cadena de bloques puede migrar perfectamente a algoritmos resistentes a la computación cuántica, pero a costa de una drástica caída en el rendimiento de la red y un aumento significativo de los costes. “Si hoy puedo hacer 1.000 transacciones por segundo, después de migrar quizá sólo pueda hacer 100 por segundo, y además pagando diez veces más. Nadie quiere hacer eso”, explicó.
Subrayó que la razón clave de la lenta actualización del sector radica en que el proceso de estandarización aún no se ha completado. El Instituto Nacional de Estándares y Tecnología de Estados Unidos (NIST) está desarrollando nuevos estándares de criptografía post-cuántica (FIPS 203-206), y los proveedores de hardware también deben esperar a las especificaciones finales antes de lanzar chips aceleradores. Si las redes adoptan algoritmos no estandarizados antes de tiempo, se enfrentarán a una década de cuellos de botella de rendimiento.
Con el inicio de la implementación de los estándares post-cuánticos por parte del gobierno estadounidense y la integración de esquemas de intercambio de claves relacionados por grandes empresas de infraestructura como Cloudflare, el sector está entrando gradualmente en una etapa de planificación más clara. Hoskinson señaló que, en vez de entrar en pánico, es mejor observar los puntos de referencia a nivel gubernamental, como el “Quantum Blockchain Initiative” (QBI) de DARPA, que está evaluando la viabilidad real de la tecnología cuántica en la próxima década.
La mayoría de los expertos en criptografía consideran que los ordenadores cuánticos capaces de romper los sistemas de firmas de la cadena de bloques (nivel CRQC) podrían aparecer en la década de 2030. El riesgo radica en “cuándo migrar”, y no en “si migrar”. Cambiar demasiado pronto provoca costes excesivos y fragmentación del ecosistema, mientras que hacerlo demasiado tarde podría aumentar la presión sobre la seguridad.
Hoskinson recalcó que actualmente no existen pruebas que indiquen que la criptografía de la cadena de bloques enfrenta un ataque cuántico inminente. A medida que los estándares se clarifiquen y los aceleradores de hardware estén disponibles, la cadena de bloques hará una transición natural hacia sistemas seguros para la era cuántica en la próxima década, sin necesidad de una transformación precipitada por el pánico.