¡El Banco Nacional de EE. UU. ha sido autorizado para operar con criptomonedas! ¿Entrarán 30 billones en fondos?

La Oficina del Contralor de la Moneda de EE. UU. (OCC) ha emitido una carta interpretativa confirmando que los bancos nacionales pueden actuar como intermediarios sin riesgo en operaciones con criptomonedas, sin necesidad de incluir estos activos en su balance. La guía confirma que facilitar operaciones con criptomonedas para clientes se considera “actividad bancaria”, citando el Título 12, Sección 24 del Código de EE. UU. como fundamento legal. Los bancos pueden actuar como comisionistas y operar con los clientes, cubriendo simultáneamente la posición con otro cliente, una estructura similar a las operaciones de intermediación sin riesgo en los mercados tradicionales.

Lógica operativa del modelo de intermediación sin riesgo

美國國家銀行獲准加密貨幣交易

(Fuente: Oficina del Contralor de la Moneda de EE. UU.)

El “modelo de negociación principal sin riesgo” descrito en la carta de la OCC supone un avance clave para la entrada de los bancos en el comercio de criptomonedas. Tradicionalmente, si un banco quería ofrecer servicios de criptomonedas, debía incluir estos activos en su balance, lo que desencadenaba una serie de exigencias regulatorias como los requisitos de suficiencia de capital y el cálculo de activos ponderados por riesgo. Bajo el nuevo modelo, el banco actúa únicamente como intermediario: al recibir una orden de compra del cliente A, ejecuta de inmediato una operación de cobertura con el cliente B o con un contraparte de mercado, sin mantener en ningún momento la posesión de criptoactivos y, por tanto, sin asumir riesgo de mercado.

Esta estructura se utiliza desde hace décadas en los mercados financieros tradicionales. Las operaciones de divisas, la intermediación en futuros de materias primas e incluso los creadores de mercado bursátiles emplean modelos similares. El beneficio para el banco proviene del spread y de las comisiones, no de asumir el riesgo de fluctuación del precio de los activos. Llevar este modelo consolidado al comercio de criptomonedas permite a los bancos ofrecer servicios de corretaje regulados sin incrementar de manera significativa su exposición al riesgo.

El documento señala: “Algunos solicitantes han explicado cómo la realización de operaciones principales sin riesgo con criptoactivos beneficiará a sus clientes y negocios bancarios proyectados, incluyendo la posibilidad de ofrecer servicios adicionales en un mercado en crecimiento.” Según la OCC, esta medida permitirá a los clientes “operar con criptoactivos a través de bancos regulados, en lugar de por canales no regulados o menos regulados”. Este cambio implica que, en el futuro, tanto los inversores minoristas como institucionales podrán negociar Bitcoin y Ethereum directamente a través de bancos convencionales como JP Morgan, Bank of America o Wells Fargo, sin necesidad de abrir una cuenta en un exchange de criptomonedas.

Tres requisitos clave de cumplimiento para bancos que operan con criptomonedas

Confirmación de la legalidad del activo: el banco debe verificar que la criptomoneda negociada cumple con la legislación federal y estatal, además de asegurarse de que la operación se ajusta a sus poderes estatutarios.

Establecimiento de procedimientos de control de riesgos: desarrollar procedimientos para monitorizar riesgos operativos, regulatorios y de mercado, en especial el riesgo de crédito de la contraparte.

Diferenciación entre activos con y sin naturaleza de valor: los criptoactivos que se consideren valores deben seguir la legislación vigente sobre valores; para los que no lo sean, se aplica esta guía.

La carta señala: “El principal riesgo de las operaciones principales sin riesgo es el riesgo de crédito de la contraparte (especialmente el riesgo de liquidación), y la gestión de este riesgo es una parte inherente a la actividad bancaria, en la que los bancos tienen amplia experiencia.”

De la Operation Choke Point 2.0 al giro total en política de apertura

Durante la administración Biden, algunos grupos del sector y legisladores acusaron a los reguladores estadounidenses de llevar a cabo la llamada “Operation Choke Point 2.0”, lo que habría incrementado el escrutinio sobre bancos y empresas con actividad vinculada a las criptomonedas. Muchos bancos, por temor a represalias regulatorias, cortaron lazos con empresas cripto, y los colapsos de Silvergate Bank y Signature Bank intensificaron ese pánico.

Sin embargo, desde la llegada al poder del presidente Trump en enero y su compromiso de apoyar el sector, el gobierno federal ha adoptado una postura mucho más flexible respecto a las actividades con activos digitales. El contralor de la OCC, Jonathan Gould, afirmó el día previo a la publicación de la carta que las empresas cripto que busquen una licencia bancaria federal deben recibir el mismo trato que las entidades financieras tradicionales. Sostuvo que el sistema bancario “tiene capacidad para evolucionar” y que “no hay motivo para tratar de forma diferente a los activos digitales y a la banca tradicional”, ya que los bancos llevan décadas ofreciendo servicios de custodia electrónica.

La lógica de fondo de este cambio de política es: el gobierno de Trump quiere integrar las criptomonedas en el sistema financiero regulado, en lugar de permitir que sigan desarrollándose en zonas grises. Al permitir que los bancos nacionales ofrezcan servicios de intermediación cripto, los reguladores amplían su ámbito de supervisión y, al mismo tiempo, ofrecen mayor protección a los inversores.

La “criptificación” del sistema bancario de 30 billones de dólares

El mercado de bonos del Tesoro estadounidense ronda los 30 billones de dólares, mientras que los activos gestionados por el sistema bancario nacional son aún mayores. Si estos bancos abren completamente el comercio de criptomonedas, el mercado recibirá una inyección de liquidez y cumplimiento sin precedentes. Actualmente, la mayoría de los inversores minoristas acceden al mercado cripto a través de plataformas como Coinbase o Binance, pero estas no ofrecen los mismos niveles de seguridad, seguro de depósitos ni mecanismos de resolución de disputas que los bancos tradicionales.

Cuando entidades gigantes como JP Morgan o Bank of America comiencen a ofrecer servicios de corretaje de criptomonedas, se producirán varios cambios significativos. El primero será un aumento de la confianza: los bancos están fuertemente regulados y cuentan con seguro federal de depósitos, por lo que los inversores preferirán operar a través de canales bancarios conocidos. En segundo lugar, la integración y comodidad: los clientes podrán gestionar moneda fiduciaria, acciones y criptomonedas en la misma cuenta bancaria, sin necesidad de transferencias entre múltiples plataformas. Tercero, una mayor transparencia y cumplimiento: el banco se encargará automáticamente de las declaraciones fiscales y los controles AML, reduciendo enormemente la carga administrativa para el inversor.

La guía también distingue los criptoactivos que cumplen la definición de valor, y señala que la intermediación principal sin riesgo con valores ya está permitida bajo la legislación vigente. Esto significa que, incluso si determinados criptoactivos son considerados valores por la SEC, los bancos podrán seguir ofreciendo servicios de negociación, siempre que cumplan con la normativa sobre valores aplicable.

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