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El mercado de metales preciosos en 2025 experimentará una celebración, la plata superó la zona de los 50 dólares a finales de noviembre y subió en forma parabólica, alcanzando un máximo histórico de 72 dólares por onza el 24 de diciembre, con una ganancia anual del 143%; el oro, en la misma fecha, alcanzó los 4524.30 dólares por onza, con un aumento del 70% en el año.
En contraste, el Bitcoin, al cierre de esta edición, se situaba en 87,498 dólares, con una caída del 8% en el año, desde su pico de 126,000 dólares en octubre, lo que representa una caída del 30%.
Esto deja a los seguidores de la narrativa de Bitcoin como “oro digital” reflexionando, ya que la tendencia macro que impulsa la subida de los metales preciosos parece no transmitirse al mercado de criptomonedas.
El impulso principal para la subida de los metales preciosos proviene de un dólar débil, las expectativas de recortes de tasas de la Reserva Federal en 2026 y el aumento de los riesgos geopolíticos, que son precisamente el entorno favorable que los defensores de Bitcoin han estado esperando a largo plazo.
Pero en la búsqueda de refugio, el mercado prefiere herramientas tangibles con una reputación centenaria, como el oro y la plata.